En este artículo vamos a dar unos pequeños consejos para sacar todo el partido a las fotos que hagamos a nuestros montajes. Hace unos días hablamos sobre la importancia de los fondos y cómo podíamos jugar con ellos. Hoy vamos a hablar sobre el desenfoque.
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Hablamos de desenfoque cuando los elementos que aparecen en una imagen se ven borrosos y poco nítidos. Se produce por una colocación errónea de las lentes dentro del objetivo. Ajustar las lentes de forma correcta (enfocar) es indispensable para que la luz llegue de forma correcta al carrete o al captador de nuestra cámara. Normalmente no solemos preocuparnos por estos detalles, porque todas las cámaras que se fabrican desde hace quince años tienen autoenfoque, pero si queremos unas fotos de aspecto profesional tendremos que fijarnos que la imagen salga enfocada. A continuación vemos un montaje en el que todos los elementos salen enfocados:
Para que en nuestras fotos salgan todos los elementos nítidos y bien enfocados tendremos que cerrar el diafragma (queee?). Normalmente las cámaras tienen un modo AV o M. Estos son modo de prioridad de apertura y modo manual, respectivamente.
En el modo AV lo que hacemos es indicar manualmente el diafragma. El diafragma viene representado con números enteros o con un decimal. Para que nuestras fotos salgan lo más nítidas posibles debemos poner el número más alto que nos deje (generalmente 16 o 22 en una cámara compacta común). Al hacer esta operación, lo que hacemos es que entre menos luz por el objetivo, lo que hace que salgan más cosas enfocadas. Pero esto provoca que la cámara tarde más tiempo en sacar la foto, y puede salir movida. Para evitarlo podemos activar el flash, iluminar más o sujetar la cámara.
En modo manual tendremos que poner también el diafragma al máximo, y luego ajustar el tiempo de exposición según la luz que haya en la escena. Es un poco más complicado, pero cuantas más cosas controlemos más a nuestro gusto saldrá la foto.
Suele pasar que a veces queremos sacar una foto de un detalle de nuestro montaje muy de cerca, y siempre nos sale desenfocado. Esto es porque con ese objetivo no se puede enfocar tan cerca (los objetivos tienen una distancia mínima de enfoque), y simplemente tendremos que alejarnos.
Muchas veces el desenfoque se entiende como un fallo al sacar la foto. Nada más lejos. El desenfoque es un recurso muy utilizado por la fotografía profesional y artística. ¿Y para qué puede servir desenfocar cosas? Pues para dos cosas principalmente.
La primera es centrar la atención. Podemos dirigir la mirada del espectador de la foto hacia algo que queremos resaltar, restándole importancia a los demás elementos de la imagen. Es una técnica muy buena para recalcar detalles de nuestros montajes. La siguiente fotografía centra la atención en el fondo de la imagen, desenfocando los objetos de primer plano.
Para enfocar un elemento y que lo demás salga desenfocado tenemos que abrir el diafragma de la cámara. Para ello tenemos que realizar la operación inversa a la descrita anteriormente, poniendo el menor número posible. De este modo entra más luz en la cámara y necesita menos tiempo de exposición para realizar la foto, pero tendremos que apuntar y seleccionar bien el elemento que queremos que salga enfocado. Vemos dos ejemplos muy claros:





En este ejemplo parece que la señal de STOP está más lejos que la boca de incendios, y por tanto las casas parecen más grandes.
En una serie de objetos el desenfoque produce un efecto muy bonito. Podemos enfocar a un sólo elemento para mostrar los detalles de éste, pero si todos los demás están desenfocados parece que la serie continúa hasta el infinito. Vemos un ejemplo: