El portaaviones es la clave de la aviación naval embarcada y un poderoso instrumento ofensivo de cualquier país que pueda poseer y costear la creación o compra, y el mantenimiento, de estos carísimos instrumentos de guerra. El portaaviones es, sin duda, un elemento naval ofensivo de combate capaz de convertir a un país en la punta de lanza de cualquier operación militar en cualquier parte del mundo y en un tiempo record. Esto lo han sabido bien los Estados Unidos de América, cuya flota de portaaviones es capaz de colocar toda una armada con su correspondiente fuerza aérea de aviones y helicópteros y de este modo, con su simple presencia, presentar una presión enorme sobre el país en el que se hallen. Vemos en concreto el Portaaviones USS Harry Truman y su versión LEGO.
Actualmente el portaaviones es un arma disuasoria de primer orden, un arma de un coste muy alto que poseen actualmente sólo diez países en el mundo. Países como Estados Unidos, y también Reino Unido, Francia, España, Italia, o Thailandia (cuyo portaaviones fue construido por los astilleros españoles de Bazán, la actual Izar), disponen de al menos un navío de estas características.
El portaaviones, lejos de ser considerado obsoleto, y tras la demostración en la guerra del golfo de su capacidad en conflictos terrestres, o previamente en la guerra de las Malvinas de 1982, sigue siendo una prioridad para cualquier armada que desee disponer de un potencial ofensivo naval de primera magnitud.
La capacidad de trasladar una fuerza de combate aéreo a cualquier punto del planeta se estima como un elemento disuasorio de enorme potencia, no en vano Estados Unidos ha plantado más de una vez un portaaviones frente a una costa potencialmente hostil como muestra de fuerza. Una fuerza de ataque aérea combinada puede cambiar una situación conflictiva determinada en cuestión de horas o de días en muchas ocasiones. Lamentablemente, cuando se cumple la vieja máxima que dice “la guerra es la continuación de la diplomacia por otros medios”, esos medios, y concretamente el portaaviones, juegan un papel básico.
Los portaaviones nucleares americanos, como el USS Enterprise (CVN-65) y la clase Nimitz (CVN-68 y posteriores) son enormes barcos de hasta noventa mil toneladas a plena carga, capaces de disponer una fuerza ofensiva tremenda, y con la capacidad de navegar aproximadamente doce años sin necesidad de repostar. Esa ventaja se pierde, sin embargo, por la necesidad de proveer a los aviones y al resto de la escolta del combustible y víveres necesarios para su mantenimiento, lo cual los haría menos eficaces de lo que en principio se previó.
El portaaviones nuclear Harry S Truman lleva 85 aviones de combate y más de 5000 individuos, entre tripulación y pilotos. Pesa 97.000 toneladas, mide 1.096 pies, tiene una velocidad punta superior a 30 nudos y es propulsado por 2 reactores nucleares. Las siguientes imágenes fueron tomadas durante la presencia del USS Harry S Truman en el Golfo Pérsico.
No suele ser habitual que exista un hangar capaz de albergar a un navío de este calibre…salvo el caso de la foto anterior. La versión reducida de Malle Hawking, construida con 300.000 piezas hacen posible este milagro. Lo de reducido es un decir, porque este navío, realizado a escala minifig, tiene casi 5 metros de longitud.
Dispone además de iluminación, no sólo en el interior, sino también en el hangar y cubierta.
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