Jugar con juguetes violentos aumenta el riesgo de que los niños y las niñas usen la agresión en la vida real.
Los juegos ofrecen experiencias ficticias, pero los sentimientos y vivencias que generan son reales.
La importancia de que los juguetes no marquen comportamientos violentos es esencial.
La polémica sobre la violencia existente en algunos juguetes está servida, ya que diversos sectores insisten en que jugar con juguetes bélicos legitima la conducta violenta, la hace aceptable y contribuye a que los niños y niñas pierdan la sensibilidad ante los peligros y las consecuencias dolorosas de este tipo de conductas.
Estos juguetes son un medio para ensayar la conducta violenta vista en televisión, y aumenta la posibilidad de que estas conductas se reproduzcan en la vida cotidiana.
Por tanto ¿debemos evitar comprar pistolas de juguete? ¿Podemos considerar los sets de LEGO Star Wars violentos?
Desde hace algunas décadas, el rechazo del juguete bélico no sólo es compartido por pedagogos, políticos y padres y madres de familia, sino que incluso los propios fabricantes del ramo han renunciado no pocas veces a los beneficios que pudieran reportarles eliminándolos de sus catálogos, como es el caso de LEGO que siempre se ha caracterizado por no tener líneas violentas en su catálogo. Sin embargo, sí tienen sets que representan la lucha entre el bien y el mal como puede ser LEGO Star Wars o los actuales Ninjago. ¿Deben de ser considerados como juguetes que incitan a la violencia? ¿Es el propio mercado el que los pide? ¿Cómo saber si se trata de un juguete bélico? Nos surgen algunas dudas al respecto.
¿Qué diferencia hay entre jugar con un juguete bélico y jugar con materiales que simulen una arma?
Aunque pueda parecer que jugar con una arma inventada y jugar con un juguete bélico sea lo mismo, no es así. Cuando un niño no tiene armas para jugar, utiliza su imaginación y convierte el palo de una escoba en una espada y el secador de juguete en un arma interestelar, pero en muy pocas ocasiones observaremos la acción contraria, en la que una pistola tenga una función diferente a la que representa.
¿Qué dice la normativa de seguridad de los juguetes que reproducen armamento?
La normativa excluye expresamente de su consideración como juguetes las imitaciones fieles de armas de fuego reales. Sin embargo, existen ciertas referencias en tratados o leyes que regulan o consideran algunas cuestiones éticas a tener en cuenta.
La Convención de Derechos del Niño de Naciones Unidas reconoce que la educación y la formación del menor debe estar encaminada a inculcar al niño el respeto por los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales.
En cuanto a la protección del consumidor, si se trata de menores, se han establecido normas generales que prohíben la venta o transmisión de objetos que inciten la violencia o actividades delictivas, o que comporten actitudes o conductas contrarias a los derechos y libertades.
Otras leyes prohíben, especialmente, la promoción de mensajes dirigidos a menores que fomenten la violencia.
Los verdaderos peligros de los juguetes bélicos no radican tanto en su propia naturaleza como en la interpretación que el niño haga de ellos. El juguete es, entre otras cosas, un transmisor de valores que va formando la sensibilidad y los hábitos del niño predisponiéndole hacia sus conductas de adulto.
Si se considera el juego como representación simbólica de un mundo que se va forjando en la mente infantil y que determinará las tendencias del sujeto en la edad adulta, resulta evidente lo pernicioso de unos juguetes que potencialmente inducen a la agresividad y la violencia.
Pero habría que preguntarse cuánto de cierto y cuánto de tópico no exento de hipocresía social hay en estas consideraciones. ¿Verdaderamente el juguete bélico forja cafres desalmados, militaristas cerriles, individuos proclives a apretar el gatillo, o su condena no pasa de ser una más de las consignas políticamente correctas puestas en circulación en esta sociedad moderna más dada a la fácil censura que a la conducta responsable? De hecho, cualquier objeto, y desde luego cualquier juguete ‘inocente’ puede llegar a causar estragos si se emplea indebidamente.
¿Cómo comprar un juguete?
Pautas y aspectos a tener en cuenta:
1.- Buscar un juguete que se adapte a la edad y a las características del niño y de la niña.
2.- Que desarrolle las múltiples facetas de su personalidad.
3.- Que entretenga y fomente la relación con las demás personas.
4.- Que fomente comportamientos cívicos y solidarios.
5.- Que deseche comportamientos sexistas y bélicos.
6.- Que no resulte tóxico para la salud ni para el medio ambiente.
7.- Que sea divertido y conecte con sus intereses.
8.- Que haya sido homologado por la Unión Europea.
Es tan abundante el número y el tipo de juguetes y tan poderosos los efectos persuasivos de la publicidad, que las dicotomías educativo / pernicioso, sexista / igualitario, bélico / pacífico no sólo carecen de sentido, sino que quedan desplazadas por otros enigmas más acuciantes en la cultura del entretenimiento.
Hola,
Cuando era pequeño me resultaba incluso frustrante la falta de “belicosidad” de LEGO. Los “clics” tenían vaqueros, piratas, escopetas y cañones… TENTE tenía unos barcos de guerra que eran una maravilla… pero ¿con qué se iban a defender mis astronautas de las invasiones alienígenas de He-man y Skeletor???
Que sí, que podían haber establecido relaciones diplomáticas basadas en el respeto y el mutuo entendimiento… pero en la tele, no veas cómo repartía estopa Comando G, y hasta Ulyses 31, que era dialogante y conciliador, tenía una pistola-espada que molaba todo.
A lo que voy es a que la violencia y la agresividad, e incluso las armas, forman parte del mundo en que vivimos, y el hecho de ignorarlas no harán que desaparezcan. En todo caso, despertarán la curiosidad por lo desconocido, y el morbo de lo prohibido.
LEGO es un juguete absolutamente pacífico, pero tiene muy variadas líneas, y no veo nada de malo en que algunas incluyan armas, y que sean los adultos (responsables de los juguetes en último caso) los que guíen las preferencias de los niños. (¡Pero si se llama “La GUERRA de las Galaxias”!)
Un saludo,
J.M.