En un artículo anterior ya vimos cómo se relacionaba el mundo del tatuaje y LEGO. En la red se pueden encontrar algunos modelos de máquina de tatuar, pero no habíamos visto alguna funcional todavía… El objetivo del presente artículo es presentaros una máquina de tatuaje realizada con LEGO completamente funcional.
Maquina de tatuaje
Antes de nada veamos cuál es la historia de la máquina de tatuaje. El tatuaje es un arte milenario (se han encontrado momias del paleolítico tatuadas), que consiste en la introducción de pigmentos estables en la dermis, la segunda capa de la piel que no está expuesta directamente al exterior. Los métodos tradicionales de tatuar hacen uso de herramientas simples como agujas, punzones y pequeños martillos.
No fue hasta finales del siglo XIX cuando tuvo lugar un gran avance en los métodos de tatuar. La primera patente de máquina de tatuar fue de Samuel O’Reilly, en 1891, dando lugar a un sistema mucho más rápido y preciso para realizar tatuajes. Se dice que su primera máquina está basada en una invención de Thomas Alba Edison, que consistía en una máquina para grabar sobre superficies blandas (pensada para realizar varias copias de un mismo documento con papel de calco).
El mencionado Samuel O’Rielly, considerado uno de los padres del tatuaje moderno y uno de los primeros en hacer del arte del tatuaje una profesión, presentó su patente como modificación de la máquina de Edison, sustituyendo la pieza que grababa por una serie de finas agujas y situando un tubo para alojar la tinta.
Se trata de un modelo de máquina rotatoria construido completamente con piezas LEGO, exceptuando la aguja…¡Perdón! El montaje es muy sencillo, y como motor se ha empleado un motor mediano Power Functions con un interruptor y su correspondiente caja de pilas. Veamos la máquina.
Vista lateral:
Vista superior:
Vista lateral posterior:
En la siguiente imagen podemos ver que el motor mueve un engranaje de 40 dientes conectado a uno de 8 dientes, con lo cual multiplicamos la velocidad del motor por cinco, que ya es una velocidad aceptable para nuestra máquina.
El engranaje pequeño está conectado a una leva. A esta leva se le ha conectado una viela (en el punto de menor separación del eje, para que el recorrido de subir y bajar de la aguja no sea muy exagerado), que transforma el movimiento de rotación de la leva en un desplazamiento lineal de un eje largo en cuyo extremo se encaja la aguja.
Para poner en marcha todo el mecanismo sólo hay que desplazar con el dedo índice la pieza naranja hacia abajo. Esta pieza está conectada al conmutador, y al moverse deja pasar la corriente al motor.
La aguja que he empleado es una simple aguja de coser, la más fina que he encontrado. No es lo más adecuado, pero si se desea se podría ajustar un grupo de agujas de tatuar de verdad. Para poder sujetarla he tenido que pegarla (sí, lo sé, es una herejía), a un eje, y para que estuviera más o menos centrada, el eje lo he limado.
Ahora la aguja ya se puede conectar al final del eje que es desplazado por el mecanismo. Como vibraba mucho, hay que sujetarla de alguna forma con una pieza al extremo. De este modo es mucho más precisa.
Por último, con un pin con terminación para eje he realizado un “portaagujas”, para que no ocurran accidentes al trasladar la máquina.
La máquina resulta bastante pesada para trabajos largos. Esto se debe al peso de las pilas. Por ello la caja se puede separar del conjunto para aligerar la máquina. Solamente haría falta un alargador para el cable para mayor comodidad.
En el siguiente vídeo podéis ver el funcionamiento de la máquina: