Lo que aprendemos de pequeños es fundamental para nuestro desarrollo, ya que a cortas edades nuestro cerebro es como una “esponja” para los conocimientos. Si desde pequeños les inculcamos el gusto por “el saber”, la curiosidad por lo que les rodea y las ganas de aprender, según crezcan se convertirán en alumnos motivados.
Aprender jugando
La curiosidad es característica de los niños y explorar con la ciencia puede reportarles una gran diversión al tiempo que aprenden mucho de sí mismos y del mundo en que viven. Porque la ciencia está en todas partes y descubrir de qué modo interviene en nuestra vida diaria puede proporcionarles una base excelente para su posterior desarrollo con éxito en la vida.
Partiendo de que la ciencia es “el conjunto sistematizado de los conocimientos que tratan de explicar los fenómenos naturales y los fenómenos producidos por el hombre, es decir, la ciencia es el conocimiento del cómo y por qué suceden las cosas”, el niño a través de la realización de experimentos puede ser capaz de resolver los problemas que se le presenten, por medio de la elaboración de hipótesis, de su aplicación, de obtener resultados y compararlos con las ideas o teorías que el tiene acerca de algo.
Por esta razón es muy importante que alentemos a los niños a plantear sus propias preguntas. También es importante que les hagamos preguntas para hacerles compartir sus ideas y escuchar sus respuestas cuidadosamente. Estas conversaciones pueden ser una forma importante de investigación o aprendizaje.
Investigar y experimentar son muy buenas maneras para que los niños aprendan las ciencias y aumenten su conocimiento sobre las ideas científicas. Las ciencias prácticas también ayudan a los niños a razonar críticamente y sentirse más seguros de su propia habilidad para resolver problemas. Los niños pequeños en particular se interesan mucho en las cosas que pueden tocar, manipular y cambiar; y por las situaciones que les ayudan a descubrir qué pasa, enigmas que pueden investigar… lo cual es el fundamento del estudio científico.
Es necesario dotar a todos los niños de los conocimientos y las habilidades que forman lo que denominamos “aptitudes básicas en ciencias”, es decir, la capacidad de comprender el mundo que les rodea. Al ayudar a los niños a aprender a observar, obtener datos y sacar conclusiones, la ciencia contribuye a agudizar la capacidad de análisis de los alumnos ante las ideas y los hechos con los que se encuentran durante el día a día.
Relacionado con este tema, destaca el conjunto Experimentos con tubos de LEGO Education, ya que permite a los más pequeños de la casa aprender conceptos básicos como las dimensiones, las formas, la gravedad… Con llamativos tubos y figuras podrán crear multitud de construcciones para descubrir causas-efectos ¿qué pasa si… meto esta bola por este tubo? También enseña a controlar el sentido espacial y de posiciones, así como facilita la práctica de la destreza manual. Los padres o educadores podrán aprovechar para explicarles el cómo y porqués de muchas de sus acciones. Debemos darnos cuenta que para los niños el patio, la cocina u otros espacios del hogar son “laboratorios” naturales para ellos. Por esta razón debemos tener presente que muchos de los juegos se puede aprovechar desde el punto de vista educativo. Por supuesto no se debe forzar al niño a hacer ninguna actividad ya que la única forma que el niño aprende durante esta primera etapa es si está predispuesto a aprender y asimilar nueva información.
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