Resulta paradójico que el 2011 fuera el Año Internacional de los Bosques dado que su estado nunca se había visto tan amenazado como en la actualidad. También LEGO y los bosques han firmado su particular compromiso.

Estas amplias extensiones de vegetación cubren grandes áreas del globo terráqueo, formando ecosistemas estables donde se producen complejas interacciones entre la comunidad biológica.

Además de su papel como hábitat de animales y plantas, son importantes moduladores de los flujos hidrológicos. Muchas ciudades dependen en gran medida del agua de los bosques de montaña. Por ejemplo, el 95% del agua de Viena (Austria) procede de los bosques de los Alpes septentrionales. En Sudamérica, vemos que el 40% del agua de Tegucigalpa (Honduras) desciende de los bosques nubosos del parque nacional La Tigra. Respecto a África, el agua del monte Kenya genera el 97% de la energía hidroeléctrica del país. En Asia, la meseta tibetana funciona como depósito de agua para alrededor de 3. 000 millones de personas.

El potente sistema radicular de los árboles, ejerce la importante misión de fijar el suelo, evitando catástrofes como los movimientos de ladera que tanto afectan a zonas de acusada pendiente.

Otra importante función de los bosques es la captación de carbono. En ocasiones se les denomina los “pulmones de la Tierra”, no sin razón, puesto que durante la actividad fotosintética se liberan grandes cantidades de oxígeno a la atmósfera captando a su vez dióxido de carbono. De esta forma, se rebajan los niveles atmosféricos de este gas, principal causante del efecto invernadero. De ahí, la importancia de una buena gestión forestal en pro de la mejora de la problemática del cambio climático.

Como hablábamos al inicio de este artículo, nuestros bosques se encuentran en estado crítico debido a una amplia gama de amenazas que hacen que la velocidad de destrucción esté aumentando. Los mapas mundiales de vegetación muestran las localizaciones teóricas de los bosques: áreas que tienen un clima apropiado para su desarrollo. Las diferencias entre estos mapas y la cubierta forestal real son, por lo tanto, el resultado de actividades humanas o desastres naturales. Pero debido a que no podemos estar seguros de la extensión real de la cubierta vegetal en el pasado, es difícil conseguir una medición exacta de la magnitud de la destrucción forestal.

Mucha de la destrucción de los bosques causada por humanos es una consecuencia del crecimiento demográfico. En muchos lugares, hay demasiado personas tratando de vivir de recursos forestales muy reducidos. La tala masiva de árboles no sólo busca obtener madera y otros productos, también persigue liberar terreno para su reconversión en pastizales y campos agrícolas para alimentar tanto a ganado como al creciente número de personas. A medida que las ciudades se expanden, se eliminan los bosques para permitir la construcción de viviendas, centros comerciales, etc.

En este sentido, LEGO se comprometió a tomar medidas para no agravar la destrucción de los bosques, mediante la utilización de embalajes más ecológicos. De esta forma demostró una actitud positiva frente a la campaña que Greenpeace dirigió a la industria del juguete.

De hecho, coincidente con este compromiso se realizó una exposición enmarcada en la programación veraniega del parque The Great Summer Zoofari (Nueva York), en la que miles de piezas de Lego fueron utilizadas para crear magníficas esculturas de animales, muchos de ellos en peligro de extinción, que eran exhibidas junto a las especies reales. El objetivo era dar a conocer a las familias los esfuerzos conservacionistas, así como concienciar sobre la situación real de las especies silvestres con las que la Wildlife Conservation Society trabaja para preservar su hábitat.

La nueva colección de LEGO CITY sobre policía de montaña apoya, además, la sensibilización hacia la protección de los bosques desde las edades más tempranas. Estos pequeños guardas forestales lucharán contra incendios y otras amenazas que acaecen a estos maravillosos y necesarios espacios naturales.