Roger Bannister es un atleta británico reconocido a nivel internacional por haber sido el primer hombre en la historia capaz de recorrer una milla en menos de 4 minutos. La hazaña de Bannister pasó a ser conocida como la “milla milagro”, ya que en su época algunos dudaban de que fuera posible cubrir esa distancia por debajo de ese tiempo. Sin embargo esto formaba parte del mito que rodeaba a esta prueba, propagado por los periodistas y comentaristas deportivos, y se debía más a ser un “número redondo” que a un análisis técnico detallado.
Michael Phelps es un nadador estadounidense retirado y el deportista olímpico más condecorado de todos los tiempos, con un total de 22 medallas. Una excepción dentro del mundo deportivo.
Dada la repercusión mediática que tienen algunas profesiones, en especial el deporte, nos encontramos a lo largo de la historia con los nombres de personas excepcionales cuyos méritos parecen imposibles para la mayoría de los mortales. Pero estos logros no se encuentran únicamente en el ámbito deportivo. Albert Einstein, Salvador Dalí, Paco De Lucía o Steve Jobs pertenecen todos ellos a otros entornos y sus nombres son conocidos mundialmente. ¿Qué es lo que hace que estas personas se diferencien del resto de nosotros? ¿Existe algún patrón común a todos ellos? ¿Qué necesitamos para ser como ellos?
Modelizar la excelencia
La PNL (Programación Neurolingüística) constituye un modelo de cómo funciona la mente y la percepción humana, cómo procesa la información y la experiencia y las diversas implicaciones que esto tiene para el éxito personal. Basándonos en este conocimiento es posible identificar las estrategias internas que utilizan las personas de éxito, es decir modelizarlas, aprenderlas y enseñarlas a otros para facilitar su evolución y progreso. La Programación Neurolingüística tuvo su origen en las investigaciones de Richard Bandler y John Grinder, considerados como los padres de la PNL, que trataban de averiguar por qué determinados tratamientos de tres terapeutas en Estados Unidos (Satir, Erickson y Perls) conseguían mayor éxito que el resto de sus colegas.
La humanidad progresa en general y desde el punto de vista educativo y de capacidades, de forma continua. Esa evolución la vemos indirectamente a través de los retos conseguidos, puesto que sistemáticamente se siguen batiendo nuevos retos, deportivos, intelectuales, de conocimiento… y no sólo lo vemos en la élite sino en el progreso de los conocimientos de la población. Esto es una generalización, obviamente. El principio de Arquímedes fue una genialidad en su momento que ahora estudian los niños. La ley de la gravedad, la mecánica cuántica, el principio de incertidumbre de Heisemberg, la teoría de cuerdas… Todo estos descubrimientos que en su momento supusieron un hito han acabado por formar parte de los estudios más o menos avanzados. Mejoran los conocimientos, pero también los mecanismos de aprendizaje. Si nos maravillamos ante la maestría de un músico que domina un instrumento determinado, de un saber hacer que es fruto de muchos años de estudio y dedicación, cabría preguntarse por algo que puede sonar a ciencia ficción… ¿es necesaria toda una vida para llegar a dominar un instrumento musical o cualquier otro arte con la perfección que muestran ciertos maestros? ¿es posible acelerar ese nivel de dominio? Si la respuesta no fuera positiva los retos de la humanidad habrían cesado tiempo atrás y, sin embargo, esto no ha sucedido así. ¿Dónde está el límite, si es que lo hay?
Las habilidades de los genios
Aunque parezca mentira, muchas de las habilidades que comparten esos genios son sencillas…
Edison, el inventor más prolífico de la historia, creador de aparatos como la bombilla, fue un trabajador inagotable. No es casualidad que una de las características para el éxito sea la constancia. Los resultados llegan a veces porque estamos ahí, pero no basta con saber estar ahí, es importante estar concentrado en lo que se está desarrollando. La atención es una palabra clave cuyo trasfondo es de un impacto sorprendente: desde luego que el vivir rodeados de toda una serie de artilugios tecnológicos, el móvil, los videojuegos, los mensajes, la televisión, la tablet, etc… que de una u otra manera reclaman nuestra atención, no son precisamente invitaciones que colaboren a garantizar que el foco de nuestra atención se encuentra en nuestro objetivo.
Para lograr alcanzar nuestro objetivo necesitaremos seguramente de una buena dosis de recursos. Puede tratarse de tiempo, energía, conocimientos, la ayuda de unos colaboradores, mentores, coaches, inversión en medios o relaciones personales, etc. El éxito no se construye siempre en solitario. Conviene reconocer nuestras limitaciones y desarrollar los puntos débiles o fuertes que se interpongan entre nosotros y el éxito. Conviene rodearse de aquellas personas que pueden servirnos de ayuda y que comparten la misma pasión que nosotros en ese viaje.
La perseverancia es un factor importante y, relacionada con éste, se encuentra la capacidad de seguir luchando incluso en los momentos de debilidad. Es prácticamente imposible no encontrar el fracaso camino del éxito, pero no menos importante es interiorizarlo no como un fracaso sino como parte de un aprendizaje. La bombilla tuvo que ser inventada más de mil veces hasta encontrar su forma definitiva… Cada error es una herramienta nueva de aprendizaje. Cada una de esas bombillas previas fue una pequeña luz que iluminaba la ruta hacia la cima.
Todos esos genios han sabido decir que no a todo aquello que se interponía en el camino hacia su objetivo. Cuando nuestra aspiración es la de un fuera de serie, nuestros actos deben de ser los de un fuera de serie. No bastan las palabras. Son las palabras y las acciones. Si quieres ser el mejor de tu clase, del gimnasio, del torneo de ajedrez, el mejor guitarrista de la escuela… ya sabes que eso implica un esfuerzo y sacrificio. Y tiene la recompensa de saber que luchas por tus sueños…
Pasión, pasión y pasión es indudablemente la motivación necesaria para lograr que los factores anteriores encuentren un soporte. Haz aquello que te apasiona o convierte en apasionante aquello que deseas sea tu sueño. De esa energía te surtirás para luchar por lo que te … apasiona…
Y tú… ¿Qué vas a hacer para ser un genio construyendo con LEGO?
Información adicional:
– Roger Bannister, un atleta para ser recordado
– Actividades educativas en electricBricks